Crema de Calabaza en cuenco de pan

Probar Crema Calabaza

Crema de Calabaza en cuenco de pan

La crema de calabaza tiene sus raíces en la cocina tradicional europea, donde la calabaza se cultivó desde la antigüedad. Este ingrediente, fácil de cultivar y nutritivo, se utilizaba en diversas recetas, especialmente en las zonas rurales. La crema de calabaza y sus variantes se ha convertido en un plato emblemático de otoño e invierno, dado que la calabaza es propia de esta época del año, aún más popular gracias a la celebración de Halloween.

La crema de calabaza y queso es un plato de alto valor nutricional, al tratarse de una receta propia de zonas rurales donde era esencial mantener una buena salud desde la alimentación. Así, la calabaza es rica en vitaminas A y C, así como en antioxidantes, que favorecen la salud ocular y fortalecen el sistema inmunológico. También aporta fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal y alimentar a la flora colónica. La patata añade carbohidratos y potasio, mientras que la cebolla y el ajo contienen compuestos beneficiosos para la salud cardiovascular. Al mismo tiempo, los lácteos añaden proteínas y el pan aporta fibra y carbohidratos, necesarios para aportar la energía necesaria para una jornada en el campo, u hoy en día, en la ciudad.

Dificultad: 2/5

Tiempo total: 45 minutos.

Ingredientes para 4 personas.

1 kg de calabaza (pelada y cortada en cubos).

1 cebolla mediana (picada).

2 dientes de ajo (picados).

1 patata (pelada y cortada en trozos).

750 ml de caldo de verduras (o agua).

150 g de queso crema (o queso tipo parmesano, gouda, al gusto).

2 cucharadas de aceite de oliva.

Sal y pimienta al gusto.

Dos hogazas de pan de Maíz de Panishop.

Pasos

  1. Cuece las hortalizas: En una olla cuece la calabaza, la patata y la cebolla junto con el agua o el caldo durante unos 20 o 25 minutos hasta que queden tiernas.
  2. Sofríe el ajo en el aceite: En una sartén, calienta el aceite de oliva a fuego medio y añade los ajos picados hasta que queden dorados, sin quemarse.
  3. Vacía la hogaza: Abre el pan a un tercio de su altura, de manera que quede con forma de cuenco. Vacía la miga y deja solo un cuenco de pan sin miga.
  4. Triturar la mezcla: Cuando los vegetales estén tiernos, tritura con una batidora de mano, añadiendo poco a poco el aceite caliente con el ajo para que se mezcle homogéneamente.
  5. Añadir el queso crema: Con la mezcla triturada y caliente, añade el queso crema y bátelo todo junto hasta que se funda y mezcle bien.
  6. Ajustar sabor: Prueba la crema y ajusta de sal y pimienta al gusto. Puedes añadir otras especias al gusto.
  7. Servir: Sirve caliente dentro del cuenco de pan de maíz. Otra opción es usar una hogaza por cada dos personas, y repartir el pan empapado en crema una vez que hayas servido la crema a cada comensal.

Consejos:

Es una preparación muy vistosa, al usar un alimento como el pan como cuenco para la crema. Puedes elaborar cualquier tipo de crema o sopa espesa y servirla dentro de un cuenco de pan. Si el pan no es muy grande, el cuenco puede ser individual. Si el tamaño es mayor, puedes servirla en un plato normal y luego romper el cuenco de pan como acompañamiento directamente encima de la crema.

Como alternativa, puedes usar la miga del pan para elaborar unas migas tradicionales o internacionales, como ya os contamos en nuestra entrada Migas Indias

1 Comentario
  • Vicente Rodrigo Muñoz
    Posted at 09:36h, 06 febrero Responder

    Hace 14000años que el pan empezó su andadura hasta llegar a la sofisticacion actual pero a mi me gustaría tener una hogaza del medio evo porque entonces era el principal alimento del pueblo…. para saber cuánto hemos adelantado o retrocedido en sabor y calidad del pan.

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